Skip to main content

Terapia Ocupacional

La Terapia Ocupacional es la utilización terapéutica de las actividades de la vida diaria, productivas y de ocio en personas que se encuentran limitadas (ya sea por un trauma físico, psíquico, enfermedad, disfunción psicosocial, incapacidad en el desarrollo y el aprendizaje, etc.), con el objetivo de maximizar la independencia, prevenir la discapacidad, mejorar el desarrollo y mantener la salud. Esto incluye la adaptación de tareas (o actividades) y/o la intervención con el entorno para lograr la máxima independencia y mejorar la calidad de vida.

(Definición de la AOTA: Asociación Americana de Terapeutas Ocupacionales).

¿A quién va dirigida la Terapia Ocupacional?

  • A personas que tengan dificultades en las actividades de vida diaria (AVD): vestirse, ducharse, alimentarse, etc.
  • A personas que les cueste organizar las actividades que realizan: como planificar y ejecutar la tarea de cocinar, etc.
  • A personas que necesiten adaptaciones técnicas para facilitar la vida diaria.
  • En general, a todas aquellas personas que necesiten restaurar y/o reforzar una capacidad funcional deteriorada.

La Terapia Ocupacional facilita el aprendizaje de habilidades y funciones esenciales para la adaptación al entorno (físico, familiar, social, laboral, etc.).

Terapia Ocupacional Pediátrica: Integración Sensorial

En pediatría, la Terapia Ocupacional se basa en valorar y ayudar al niño/a a adquirir las habilidades necesarias para llevar a cabo las ocupaciones pertinentes a su edad, como el juego, el aprendizaje, la vida social y la autonomía personal. Uno de los modelos a seguir en la Terapia Ocupacional Pediátrica es la Integración Sensorial, que podemos definir como la capacidad del sistema nervioso central (SNC) para interpretar y organizar la información recibida a través de los diversos órganos sensoriales del cuerpo. Esta información, recibida por el cerebro, se analiza y utiliza para permitirnos interactuar con nuestro entorno y responder de manera adecuada.

Constantemente recibimos estímulos de nuestro entorno, y debemos aprender a interpretarlos correctamente, integrándolos a nivel neurológico para alcanzar un nivel óptimo de desarrollo.

La Integración Sensorial tiene como objetivo lograr el máximo de respuestas adaptadas por parte del niño, es decir, acciones apropiadas en las que el niño responde de manera adecuada a una demanda del entorno. Trabaja a través del juego y la motivación intrínseca del niño, fomentando la participación activa y la colaboración.

Indicadores de una disfunción sensorial:

  • No para de moverse, le cuesta estar quieto.
  • Es muy descoordinado, se tropieza con facilidad.
  • Le cuesta concentrarse, se distrae fácilmente.
  • Presenta dificultades de aprendizaje.
  • Se muestra impulsivo, tiene reacciones desmesuradas, no controla su fuerza.
  • Tiene un tono muscular bajo, se cansa fácilmente, falta de actividad.
  • Es desobediente, le cuesta aceptar las normas y siempre busca los límites.
  • Presenta dificultades con las actividades secuenciadas y las motoras bilaterales.
  • Tiene una reacción exagerada o reducida a los diferentes estímulos de su entorno.
  • Se muestra excesivamente tímido, le cuesta relacionarse con los demás.
  • Tiene dificultades en la comprensión y expresión verbal.